jueves, 26 de marzo de 2009

Our little Angel


Cuando Elvis Costello publicó en 1986 "King Of America", su décimo album, todo en la portada parecía indicar que nada bueno se podía esperar del otrora epítome del pop nuevaolero tal como podemos verle en este vídeo en Top of the Pops (1979).

Para empezar, barba. Sacrilegio. Luego ese color sepia tan lejano de lo que era su música en sus comienzos. Por último, esa corona y ese armiño...
Total, que estaba pasado de rosca.
Nada que hiciera presagiar el estupendo disco, claro que más country que pop, que esa portada llevaba dentro.

Our Little Angel, tercer corte de la cara A, no es exactamente de sus canciones más destacadas. Es un medio tiempo que transcurre en un garito en que los habituales avisan al forastero con ganas de echar una cana al aire que ni se le ocurra acercarse a la chica, que uno imagina triste y desvalida, a la que ellos han tomado como misión proteger. El tono está entre lo sombrío de las estrofas (que retratan al forastero) y el sentimentalismo country de los estribillos (aquí hablan los habituales).

En el último estribillo, siguiendo las convenciones, se anuncia el camino inexorable hacia el final de la canción. Hay una repetición, auque es sólo un amago, y lugo un pequeño crescendo que nos empuja al final, en que ya ya se repite, cada vez más despacio, la frase principal.

You're not gonna do a thing...
You're not gonna do a thing...
You're not gonna do a thing...

Tres veces, como está mandado. A la tercera esperamos que acabe la frase: ya sin acompañamiento instrumental, como corresponde al momento final quasi lapidario de la canción. Y así lo hace:

...to our little...

Y aquí, en el último suspiro, llega el momento increíble de la canción. Seguro que no estaba previsto. Algo así no se puede planear ni ensayar. Seguro que alguien en el estudio insistió en repetir la toma. Afortunadamente salió así y así se quedó.

Aquí puedes escuchar (pero más vale que compres el disco y la pongas), a ser posible sin compañía, con los ojos cerrados, y desde luego no mientras trabajas o comes un bocadillo de mortadela o mientras te cortas las uñas de los pies cómo Elvis Costello pronuncia la palabra angel.